Al complacer a los demás estás reprimiendo tu autenticidad

el complacer a los demás estás reprimiendo tu autenticidad por Damari Vergara

Complacer a los demás por miedo a ser abandonada o rechazada de la tribu (no pertenecer), es el mecanismo de afrontamiento que prácticamente todos aprendimos para sobrevivir, y muy en simple, es elegir conexión (amor de los padres y sentido de pertenencia) a cambio de sacrificar nuestra autenticidad (expresarnos libremente).

Esto se ve como poner las necesidades de los demás por sobre las propias o seguir la autoridad o lo que modela alguien más como símbolo de éxito o *alta* espiritualidad buscando validación, felicidad, amor, libertad, seguridad en lo externo, ya sea persona, grupo, objeto.

Suprimimos o ignoramos la intuición de nuestro propio camino por intentar a toda costa mantener la ilusión de conexión al buscar encajar, agradar, complacer a todos o ser percibida como “buena persona”, por nombrar algunos.

Respuesta a trauma: Complacer

El people pleaser, es como se le conoce en inglés a la complacencia, es lo que usamos inconscientemente para por ejemplo evitar conflicto, recibir críticas, juicios o desaprobación.

Esto puede sonar fuerte, pero así como nos abandonamos y puede tomar formas muy sutiles. Y también es una forma de manipulación y “tener” control (todo esto si les interesa puedo desarrollarlo más adelante).

Antes de continuar para las mentes filosas como la mía, esto no es “bueno” ni “malo”, es solo una forma de protección natural del ser humano en crecimiento, es una forma de sobrevivencia que podríamos decir que nos quedamos “pegados” (trauma) hasta que con mucha compasión, honestidad, coraje, curiosidad y paciencia se va desactivando y el sistema nervioso vuelve a tener mayor capacidad.

Eventualmente esta respuesta a trauma, que nos sirvió en su momento hoy se ha vuelto una cárcel para nuestra autenticidad, y esto se siente en el cuerpo, afecta nuestras relaciones íntimas, sociales, familiares y profesionales.

Se va generando y acumulando un resentimiento, amargura y una constante fricción o lucha interna, una sensación de desventaja o de comparar lo que doy versus lo que recibo, y esto se polariza volviéndose una exigencia al otro (proyección) para que cumpla nuestras necesidades y expectativas.

Elegirte

Seguramente me has visto últimamente hablar y compartir sobre poner límites, elevar tus estándares, reconocer y expresar tu valores esenciales, hacer lo que es importante para ti, desuscribirse a narrativas colectivas, cuidar y honrar tu energía.

Y es porque la complacencia era mi forma de vivir, internamente me sentía mendigando amor, buscando afuera de mí, porque había construido mi personalidad entorno a la idea de tener que mercer ser amada, de ganar el amor, de tener que demostrar, de esforzarme, y un sin fin de historias que hacían de filtro para realmente percibir el amor que siempre he estado en mí.

Hay parte de este camino que ha sido natural, que he aprendido de la vida misma a poner límites especialmente en mi espacio profesional y laboral, no sé porque se dio así pero en esta área es donde mas he dejado de ser complaciente de manera orgánica. Y desde la pandémia es que he estado trabajando la codependencia que se relaciona con la complacencia en las relaciones más cercanas.

Entonces, intenté hacerlo buscando las herramientas afuera, leí un libro sobre la codependencia y puse en práctica y me ayudó, contraté una coach experta en trauma, pasé por tratamiento de medicina consciente, suplementos, constelaciones familiares, ejercicios somáticos, cambio de alimentación, terapia grupal, registros akáshicos, me puse aprender sobre sistema nervioso, hasta ceremonia de Madre Ayahuasca. Todo esto me sirvió hasta cierto punto y estoy muy muy agradecida.

Mirar hacia dentro: Conexión

Pero, lo que en mi caso particular más me ha servido es conectar conmigo, y con esto me refiero a la esencia que somos. A dejar de intentar controlar cambiando de identidad, o esperando que algo/alguien me diga qué hacer o me de un paso a paso, o incluso intentar entender lógicamente.

En Marzo, me rendí (de entregarme a la aceptación total) de que no sé como amarme, uff que duro admitirlo, si me he amado pero me desconecté intentando nuevamente encajar (complacer) en lo que quizás para muchos les funciona, tienen éxito y libertad financiera, pero que a mí, en mi camino único, no estaba funcionando porque estaba sobre-escribiendo mi autenticidad.

Han sido meses de vamos a llamarle trabajo interno, donde me abrí a recibir, a ser vulnerable en un espacio seguro que no había podido encontrar en el mundo de los negocios, marketing o terapéutico, y donde he podido soltar la armadura, abrir lentamente mi corazón y estar receptiva, de expresarme cada vez más, de volver a crear desde el entusiasmo, de ponerme en situaciones incomodas, desconocidas e inciertas, de verme con honestidad, de reconocer patrones– que en una primera instancia no te voy a mentir- es puro dolor emergiendo, y encarar mi sombra (que incluye lo agradable, desagradable, bonito y feo, todo) y reconocer mis dones, habilidades, lo que se me da natural.

Hoy mi convicción y claridad es que amarse completamente es lo que permite que nuestra autenticidad brille, es conectar con la suavidad y la dulzura, con la intimidad de disfrutar estar contigo, escucharte y sentir las emociones sin juicio.

Integrando lo humano como divino.

Ha sido todo un camino de conocerme, de descubrimiento, de profundizar en las realizaciones, que no cabe duda de lo que es verdadero en mí. Y aunque, sigo integrando esta sabiduría de la experiencia directa, está siendo el viaje de mi vida.

Ahora me siento más libre, creativa, con ganas de dar y compartir, con más capacidad para sentir los dolores y placeres de la vida, más comprometida con mi servicio, con más confianza que no viene de mi hacer o logros, más vulnerable y abriendo mi corazón cada vez más.

No quiero romantizar el proceso, porque el verse, el reconocer esas partes que escondías para protegerte, el empezar a sentir lo que estaba congelado, las caídas de expectativas e ilusiones, duele, no es fácil, y si hay resistencia se sufre más, aunque hasta se puede sufrir conscientemente y se desvanece cada vez más rápido. Y ese dolor, es exactamente lo que se necesita abrazar com amor y compasión y darle el espacio/ atención que ha estado pidiendo a gritos.

Esto no ocurre de la noche a la mañana, es un proceso sin agenda, se trata de vivirlo paso a paso, sin esperar llegar a un lugar. Porque es ese paso que te vas descubriendo y profundizando en quien eres y en tu expresión singular.


>> Si estás lista y dispuesta a expresar y vivir tu Verdad, te invito a unirte a mi MENTORÍA PRIVADA O MI MASTERMIND. Puedes recibir información y empezar un viaje transformativo, juntas.

Gracias por tu atención y Presencia son muy valiosas para mí.

Con amor, Damari.

Review Your Cart
0
Add Coupon Code
Subtotal